


Hace unas semanas tuve que hacer una investigación sobre el consumo gay, y me dediqué a buscar anuncios dirigidos a este colectivo. Ésto es lo que me encontré. Es una campaña de la compañía telefónica Simyo ubicada en las calles del barrio de Chueca con el objetivo de lograr más clientes homosexuales.
¿Más clientes homosexuales? No se puede negar que es una campaña agresiva y que capta la atención al instante, pero de ahí a lograr más clientes...más bien lo contrario. Hasta el momento Simyo ya nos tenía acostumbrados a un tipo de publicidad irreverente y en algunos casos considerada graciosa, pero ésto me parece ofensivo.
El problema es que no solo daña la imagen del colectivo homosexual, sino que está dañando su propia imagen.
¿Conocéis a algún gay que no sea promiscuo? Yo a muchos. Pero gracias a Simyo, ahora todos esos gays quieren que su número acabe en 5.